Dedicado al curioso

Estamos a lunes, ahora mismo son las 9:26 y estoy delante del ordenador con una taza de té chocolate (con verdadero sabor a chocolate, para los más golosos como yo...), acabo de devorar unas tostadas con mantequilla y mermelada (todo un clásico) y sólo quedan los restos. Si soy sincera no sé porque estoy escribiendo, simplemente me apetecía, puede que el cargo de conciencia por tener esto abandonado me haya llevado hasta aquí, o puede que sólo haya sido un impulso, y lo he seguido, no se cuál es el objetivo de este post, ni si será publicado, probablemente si es así lo publicaré pasadas unas horas, días quizás.
Hoy me he levantado reflexiva, puede que por el día nublado que tenemos hoy en Barcelona, puede que sea debido a que ponemos fin al mes de marzo, pero este mes ha sido un mes de mucho trabajo y de cambios en general, unos más visibles que otros, unos más pequeños que otros (pero no por ello menos importantes), unos más necesarios que otros, algunos intencionados y buscados, otros casuales. He hecho cuenta en todos estos días de  lo que quiero y lo que no quiero en mi vida, de las cosas que me aportan y las que por el contrario son una pérdida de tiempo, y con esto no me refiero a ese tipo de cosas como tumbarse en el sofá viendo tu serie favorita, no me refiero a aquel tipo de cosas que para tu madre son una pérdida de tiempo, sino a aquéllas que te restan y que si desaparecieran de tu vida una de dos, o bien la harían más fácil o bien la dejarían igual. He pensado también en las cosas que disfruto haciendo y que verdaderamente me apasionan, algunas siguen en mi día a día pero otras deberían estar más presentes.
No sé si algo de esto tiene sentido para alguna persona que lo esté leyendo, pero en definitiva, hoy he tenido una charla conmigo misma en la cuál todo ha sido sentimiento y decisiones, y como creo que a la mayoría nos pasa, en nuestra cabeza todo tiene sentido, pero es a la hora de expresarlo cuando vienen los problemas.
Este texto no va dirigido a nadie en concreto, creo que lo he escrito para mi y para aquel curioso (como yo...) que haya tenido el impulso de leerlo.
Supongo que en todo este desorden se encuentra algo de mi, es fruto de la inspiración, y ésta se presenta en mi constantemente como una explosión de ideas desordenadas, y como siempre, está en mis manos ponerlas en orden.


xx